Sistemas que participan de la nutrición.
Sistema Respiratorio.
Tomado de Icarito.cl
Nuestro aparato respiratorio: ¿cómo es y cómo funciona?
El aparato respiratorio está formado por las vías aéreas y por los pulmones. A través de las vías aéreas el aire circula en dirección a los pulmones y es en estos órganos donde se realiza el intercambio de gases.
En las vías aéreas diferenciamos la vía aérea superior, que va desde la nariz y la boca hasta las cuerdas vocales, e incluye la faringe y la laringe, y la vía aérea inferior, formada por la tráquea, los bronquios y sus ramificaciones en el interior de los pulmones, los bronquiolos.
La tráquea es el tubo que va desde la laringe a los bronquios principales. Éstos, a su vez, penetran en el interior de cada pulmón y se van dividiendo en ramas más pequeñas (bronquiolos). Finalmente a medida que se introducen en los pulmones terminan en unas bolsas o sacos denominados alveolos.
En las paredes de la tráquea y los bronquios más gruesos hay varias capas que de fuera adentro son el cartílago, que le da estructura y consistencia, una capa muscular y una cubierta más interna, que es la mucosa.
La función básica del aparato respiratorio es la respiración. Consiste en llevar el oxígeno del aire a la sangre y eliminar el anhídrido carbónico (CO2) al aire. Este intercambio de gases se produce en el interior de los pulmones.
El aire entra por la nariz y/o la boca y es conducido a través de las vías respiratorias hasta los alvéolos, donde se produce el intercambio de gases. Así, el oxígeno pasa a la sangre y es transportado a todas las células. A su vez, el anhídrido carbónico (CO2) que se produce en las células es transportado hasta los pulmones para su eliminación.
Introducción a la anatomía respiratoria
El aparato respiratorio comienza en la nariz y la boca y continúa por las demás vías respiratorias hasta los pulmones, donde se intercambia el oxígeno de la atmósfera con el anhídrido carbónico de los tejidos del organismo. Los pulmones son los dos órganos más grandes del aparato respiratorio; su forma es semejante a dos grandes esponjas que ocupan la mayor parte de la cavidad torácica. El pulmón izquierdo es ligeramente menor que el derecho porque comparte el espacio con el corazón, en el lado izquierdo del tórax. Cada pulmón está dividido en secciones (lóbulos). El pulmón derecho está compuesto por tres lóbulos y el izquierdo por dos.
El aire entra en el aparato respiratorio por la nariz y la boca y llega a la garganta (faringe) para alcanzar la caja que produce la voz (laringe). La entrada de la laringe está cubierta por un pequeño fragmento de tejido muscular (epiglotis) que se cierra en el momento de la deglución, impidiendo así que el alimento se introduzca en las vías respiratorias.
La tráquea es la más grande de las vías respiratorias; comienza en la laringe y acaba bifurcándose en dos vías aéreas de menor calibre (bronquios) que conducen a los pulmones. Los bronquios se dividen sucesivamente en gran número de vías aéreas cada vez de menor tamaño (bronquiolos), siendo las ramas terminales más finas. Esta parte del aparato respiratorio se conoce como árbol bronquial, por su aspecto de árbol al revés.
Función de la respiración
La función principal del aparato respiratorio es conducir el oxígeno al interior de los pulmones, transferirlo a la sangre y expulsar las sustancias de desecho, en forma de anhídrido carbónico. El oxígeno inspirado penetra en los pulmones y alcanza los alvéolos. El oxígeno pasa fácilmente a la sangre de los capilares a través de las paredes alveolares, mientras que el anhídrido carbónico pasa desde la sangre al interior de los alvéolos, siendo espirado por las fosas nasales y la boca.
Ejercicio físico y aparato respiratorio
Beneficios del ejercicio sobre la función respiratoria
- Mayor capacidad cardiorrespiratoria, que permite optimizar el funcionamiento general del organismo y su rendimiento frente a demandas específicas.
- Prevención y disminución de trastornos respiratorios.
Partes del sistema respiratorio
El sistema respiratorio está formado principalmente por dos grandes secciones:
Las vías respiratorias
Las vías respiratorias son un conjunto de órganos (cavidad nasal, faringe, laringe, tráquea y bronquios) que llevan el aire hacia los pulmones. Están recubiertos en su parte interna por una capa de tejido epitelial (compuesto de células muy pegadas, que apenas tienen sustancia intercelularnentre ellas, con lo que protege al organismo de lesiones e infecciones) y una mucosa respiratoria. La función de esta mucosa es mantener el aire que entra a los pulmones a una temperatura y humedad apropiadas.
En la superficie de este tejido se alternan dos tipos de células: las mucosas, que producen y transportan moco hacia la entrada de las vías aéreas, y las ciliadas, que poseen cilios, unos pelos finos que se mantienen en constante movimiento, logrando limpiar la superficie de los pulmones y las partículas adheridas en la mucosa.
El aparato pulmonar
Es donde se efectúan los intercambios gaseosos entre el aire del ambiente y la sangre.
Debido a la naturaleza gaseosa de sus contenidos, las vías respiratorias están cubiertas por una armazón ósea o cartilaginosa, que hace posible mantener abiertos estos caminos para que el aire pueda pasar libremente.
Funciones del sistema respiratorio
Las principales funciones son:
– Ventilación: el volumen del tórax varía de acuerdo con las contracciones musculares que trasladan el aire dentro y fuera de los pulmones.
– Respiración externa:el oxígeno que entra a los pulmones pasa a la sangre. En cambio, el dióxido de carbono (producido en las células) realiza la ruta inversa, y sale del interior al exterior del cuerpo.
– Respiración interna o celular: es el intercambio de gases entre la sangre y los tejidos, proceso por el cual ocurren cambios químicos que liberan energía y dióxido de carbono (pasa de las células a la sangre).
Cavidad nasal
Es la vía de entrada del aire. Está formada por huesos, cartílagos duros (tabique nasal) y cartílagos blandos (fosas nasales). Las fosas nasales son dos cavidades en la base de la nariz. Están conectadas, en su parte exterior, por los orificios nasales, los que, a su vez, se encuentran separados entre sí por el tabique nasal.
La tráquea
La tráquea, un tubo que va desde la sexta vértebra cervical hasta la quinta vértebra torácica, es la continuación de la laringe y da origen a los bronquios. Su principal función es ser la vía para que el aire pueda entrar y salir de los pulmones. Puede llegar a medir unos 12 centímetros de longitud; su estructura es elástica, debido a que está formada por anillos cartilaginosos unidos entre sí por el ligamento anular. Está cubierta por una mucosidad llena de cilios, los que sacan las partículas de polvo.
Bronquios
En los pulmones, los bronquios se subdividen en estructuras más pequeñas.Los dos bronquios principales se llaman primarios.
El primario derecho se ramifica en tres bronquios secundarios, y el izquierdo en dos.Estos, a su vez, se subdividen formando los bronquiolos (ramificaciones de solo un milímetro de ancho).
¿Cómo se compone el aparato respiratorio?
El aparato respiratorio está formado por las vías respiratorias o aéreas (cavidad nasal, faringe, laringe, tráquea y bronquios) y los pulmones.
Fosas nasales
El aire debe recorrer un largo camino por tu cuerpo para completar el proceso de la respiración. El primer tramo que recorre está formado por las fosas nasales, esas dos cavidades alargadas que observas ubicadas en medio de tu cara, con dos pares de aberturas, unas anteriores y otras posteriores. Las primeras están situadas en la nariz, y se mantienen en contacto con el exterior. Las segundas, llamadas coanas, comunican con el interior.
Las paredes de las fosas nasales están recubiertas por una mucosa, denominada pituitaria, que presenta tres protuberancias, conocidas como cornetes. Cuando el aire pasa por este sector, es entibiado por la gran superficie mucosa del tabique nasal y de los cornetes, siguiendo su calentamiento durante el paso por las vías respiratorias hasta llegar a los bronquios, con una temperatura adecuada que no produzca ningún tipo de efecto nocivo.
Las partículas que se depositan en la mucosa son barridas por los cilios (filamentos).
Por si no sabías, el aire que aspiras transporta una gran cantidad de partículas de polvo. Los pelos existentes en el interior de la nariz sólo son capaces de detener las de mayor tamaño. El polvo es eliminado gracias a la actuación conjunta de los cilios vibrátiles -pelos que actúan como pestañas- y del moco que se acumula en esa área.
Faringe
Este tubo musculoso se encuentra ubicado en el cuello y revestido de membrana mucosa; conecta la nariz y la boca con la tráquea y el esófago. Por la faringe pasan tanto el aire como los alimentos, por lo que forma parte tanto del aparato digestivo como del aparato respiratorio.
A continuación de las fosas nasales nos encontramos con la faringe, que tiene la característica de ser un segmento común al sistema respiratorio y al sistema digestivo.
Se extiende desde la base del cráneo hasta la sexta vértebra cervical. De 13 centímetros de largo, se divide en tres partes: porción nasal o rinofaringe; porción bucal u orofaringe; y porción laríngea o laringofaringe.
La rinofaringe o nasofaringe, se encuentra detrás de la fosas nasales y por sobre el nivel del paladar membranoso. Excepto este último, sus paredes no tienen movimiento, lo que significa que su cavidad jamás podrá obstruirse. En esta región se acumula un tejido linfático, muy desarrollado en los niños, llamado amígdalas nasofaríngeas, que cuando sufren de hipertrofismo -crecen mucho- reciben el nombre de adenoides.
Faringe y laringe
Por su parte, la orofaringe se encuentra limitada arriba por el paladar y abajo por el borde superior de la epiglotis, que es un cartílago que cubre la abertura de la laringe cuando comes, evitando así que el alimento entre en la tráquea. Contiene las amígdalas palatinas, dos masas de tejido linfoide ubicadas en las paredes laterales de la porción bucal de la faringe. Las amígdalas son de tamaño variable, y muchas veces son víctimas de inflamaciones, lo que conocemos como amigdalitis.
La laringofaringe es la parte inferior de esta cadena, y se extiende desde el borde superior de la epiglotis hasta el borde inferior del cartílago cricoide.
Como puedes ver, la faringe es solo un lugar de paso, y tiene una estructura acorde a su función, ya que está revestida por una capa mucosa que se encarga de atrapar las partículas de polvo que llegan a este lugar, y que son expulsadas a través de la tos o, en el peor de los casos, tragadas.
La etapa faríngea de la deglución es un acto absolutamente reflejo e involuntario. Durante uno o dos segundos, la respiración se inhibe o frena para dar paso a este proceso; sin embargo, al ser una acción involuntaria, no alcanzas a darte cuenta de que por un momento has dejado de respirar.
La laringe
Su pared está formada por una serie de cartílagos (tiroides, cricoides, aritenoides, cuneiformes, corniculados o de Santorini y epiglotis), que se articulan entre sí y poseen distintas formas. Todos se mueven gracias a la acción de músculos, cuyo interior está recubierto por una mucosa.
La principal función de la laringe es generar la voz. Además, deja pasar el aire hacia la tráquea y durante la deglución le cierra el camino a cuerpos extraños.
Este órgano tiene tres partes:
– Supraglotis o vestíbulo: es el sector donde está la epiglotis.
– Glotis o parte media: es el lugar donde se encuentran los pliegues o cuerdas vocales, que son dos bandas de tejido muscular compuestas por los llamados pliegues verdaderos y falsos. Los pliegues verdaderos, que encierran la glotis (órgano de la fonación), son los que producen el sonido de la voz cuando el aire que sale de los pulmones pasa a las cuerdas vocales haciéndolas vibrar. Los pliegues falsos solo cierran la entrada a la laringe.
– Infraglotis o parte inferior: está ubicada entre los pliegues vocales y la tráquea.
La tráquea
Tejido cartilaginoso traqueal.
Es la vía aérea principal de los pulmones y se divide en dos grandes ramas llamadas bronquios, que canalizan el aire a uno de los dos pulmones.
Bajando por la laringe nos encontramos con la tráquea, un tubo cartilaginoso y membranoso que mide entre 10 y 11 centímetros con un diámetro igual al de tu dedo índice. Sus paredes son bastante resistentes, gracias a los 20 anillos cartilaginosos que posee. Aproximadamente la mitad de la tráquea se encuentra en el cuello y la otra mitad en el tórax. A la altura del esternón -ese hueso en forma de espada que tienes en la mitad de la caja torácica- se divide en dos bronquios, uno derecho y otro izquierdo, que se dirigen hacia los pulmones.
La tráquea está internamente recubierta por una capa de mucosa, que es una continuación de la que se halla en la laringe, y su superficie está revestida de una película de moco, en el cual se adhieren las partículas de polvo que han logrado atravesar las vías respiratorias superiores. Este moco no sólo retiene el polvo, sino que además actúa como bactericida.
Árbol bronquial
A partir de la tráquea nacen los bronquios. Estos se abren en dos ramas que penetran en cada uno de tus pulmones, junto con vasos sanguíneos y nervios; son estas ramificaciones las que reciben el nombre de árbol bronquial. Al entrar en los pulmones se producen varias bifurcaciones a medida que los bronquios se hacen más estrechos. Estas ramitas más delgadas del árbol, de sólo un milímetro de anchura, son lo que conocemos como bronquiolos.
Los bronquios cumplen también una función motora. Cuando inspiras, el árbol bronquial se ensancha y alarga, lo que facilita la circulación del aire hacia los alvéolos. Además, también se preocupan de colaborar con la acción de los cilios que se encuentran en la mucosa para evitar que entren partículas extrañas a tus pulmones, todo esto mediante un movimiento de las paredes bronquiales.
Los pulmones
Estos órganos son los protagonistas del proceso de respiración. Se encuentran en la caja torácica, a ambos lados del corazón, separados por el mediastino, nombre que recibe el espacio entre cada uno de ellos.
El aire, luego de pasar por las fosas nasales, circula por la faringe y llega a la tráquea, que se divide en dos bronquios, cada uno de los cuales penetra en un pulmón. Los pulmones son los órganos de la respiración donde se produce la hematosis, proceso durante el cual los glóbulos rojos absorben oxígeno y se liberan del anhídrido carbónico. Protegidos por las costillas, se encuentran en la caja torácica, a ambos lados del corazón, separados por el mediastino, nombre que recibe el espacio entre cada uno de ellos.
Parecidos a un par de esponjas, forman uno de los órganos más grandes de tu cuerpo. Su función esencial, compartida con el sistema circulatorio, es la distribución de oxígeno y el intercambio de gases. Tienen la capacidad de aumentar de tamaño cada vez que inspiras y de volver a su tamaño normal cuando el aire es expulsado.
¿Sabías que el pulmón derecho es más grande que el izquierdo? Esto, porque está dividido en tres lóbulos -superior, medio e inferior- y el izquierdo solamente en dos – superior e inferior. Cada uno de los lóbulos se divide en un gran número de lobulillos, en cada uno de los cuales irá a parar un bronquiolo, que a su vez se divide en unas cavidades llamadas vesículas pulmonares; estas forman otras cavidades llamadas alvéolos.
El pulmón está recubierto por una membrana serosa que presenta dos hojas, una que se adhiere a los pulmones, llamada pleura visceral, y otra que tapiza el interior de la cavidad torácica, denominada pleura parietal. Estas dos capas se encuentran en contacto, deslizándose una sobre otra cuando tus pulmones se dilatan o contraen. Entre ellas se encuentra la cavidad pleural, que se encarga de almacenar una pequeña cantidad de líquido, cumpliendo una función lubricadora. Pero la misión principal de la membrana pleural es evitar que tus pulmones rocen directamente con la pared interna de la cavidad torácica, manteniendo una presión negativa que impide el colapso de los pulmones.
En estas cavidades alargadas que están en tu nariz es por donde se intercambian oxígeno y dióxido de carbono con el medio aéreo.
Diferencias de género
En el hombre adulto, la laringe está ubicada frente a la tercera, cuarta, quinta y sexta vértebras cervicales; en cambio, en los niños y en la mujer adulta se encuentra en una posición un poco más alta. De hecho, hasta la pubertad el tamaño de la laringe es distinto entre hombres y mujeres. En la mujer el crecimiento es muy pequeño, mientras que en el hombre es bastante considerable. La laringe está formada por un esqueleto cartilaginoso y es el cartílago mayor el que forma un bulto llamado prominencia laríngea, nuez o bocado de Adán, especialmente marcada en los varones.
Ciencias Naturales, Estructura y función de los seres vivos
Enfermedades respiratorias
Cada vez que respiras estás renovando el aire de los 80 metros cuadrados de superficie que tienen los pulmones. Diariamente respiramos entre 14 y 18 kilos de aire, que muchas veces está lleno de partículas nocivas y contaminantes, virus y microbios que entran con el aire a los pulmones. Es por esto que las enfermedades más comunes son las respiratorias, lo que se comprueba cada invierno, cuando se ven los hospitales colapsados por la gran cantidad de gente que asiste por algún problema respiratorio, especialmente niños, que son los más afectados.
Aunque te parezca extraño, si respiras por la boca tienes más posibilidades de enfermarte, porque esta es un pésimo filtro: muchas partículas que por la nariz no entrarían, llegarán por esta vía a tus pulmones.
Algunas de las enfermedades más comunes del sistema respiratorio son:
Resfrío común: un conjunto de enfermedades
El resfrío no es una enfermedad como tal, sino un grupo de enfermedades menores provocadas por cualquiera de los 200 virus distintos causantes del resfrío. Normalmente, un resfriado común se limita a afectar la nariz y la garganta, pero hay veces en que incluso pueden llegar a afectar la laringe, lo que se conoce como laringitis.
En general, el resfrío puede afectar casi cualquier parte de tu sistema respiratorio. Cuando estornudas o produces mocos, significa que el tracto respiratorio superior está afectado. La infección puede irritar la tráquea, produciendo tos, y la laringe, provocándote ronquera y disfonía. Cuando son los bronquios los que se ven afectados por esta enfermedad, estamos frente a una bronquitis aguda.
Rinitis alérgica: el mal de la primavera
Cuando llega septiembre y empiezan a florecer los árboles, mucha gente se ve afectada por una alergia que no la deja respirar bien, le produce congestión y estornudos. Es lo que se conoce como rinitis alérgica, una enfermedad muy parecida al asma. Esta alergia es consecuencia de una sustancia disuelta en el aire que causa hipersensibilidad. Se manifiesta en los ojos, nariz y garganta. Esto sucede por la exposición al elemento que te produce irritación, que está disuelto en el aire, lo que provoca una descarga de histamina (producto químico del cuerpo); además, causa inflamación y secreción en las células de las mucosas de la nariz, en los párpados y en la capa superficial de los ojos.
Sinusitis: dolor de cabeza constante
Esta enfermedad se produce cuando se inflaman las membranas mucosas de los senos perinasales. Los senos son cavidades aéreas en los huecos craneales, tapizadas de mucosidades, que se comunican con la cavidad nasal. La sinusitis suele producirse después de una infección bacteriana o vírica. Los senos más susceptibles son los frontales y los maxilares (en la frente y las mejillas, respectivamente). Los organismos causantes provienen de la nariz, generalmente después de un resfrío que se complica con una infección secundaria provocada por bacterias. Los síntomas son, generalmente: aumento de la mucosidad verdosa, lo que provoca una obstrucción en las vías respiratorias; la nariz se torna aún más obturada; la respiración tendrá que hacerse por la boca; la conversación se hará gangosa y proviene un decaimiento general, además de un dolor de cabeza constante sobre los ojos. Si los afectados son los senos maxilares, el dolor se sentirá en una o las dos mejillas, y una especie de dolor de muela en la mandíbula superior.
Asma: esclavos de un inhalador
Esta es una enfermedad de larga duración, que se caracteriza por una dificultad ocasional para respirar normalmente a causa de la obstrucción de los bronquios y los bronquiolos, por la contracción de los músculos de sus paredes. A diferencia de la bronquitis -que es constante-, los ataques de asma van y vienen, con variaciones en el grado de obstrucción. Por lo común, esta enfermedad aparece en la infancia o en la adolescencia, aunque muchas veces puede no manifestarse hasta la edad adulta.
Durante un ataque asmático, ayuda bastante sentarse con los codos apoyados en el respaldo de una silla, ya que así se levanta y estabiliza la parte superior de la caja torácica, permitiendo que los músculos del tórax expulsen el aire con mayor eficacia.
Neumonía
Es el proceso infeccioso, bacteriano o viral, que afecta directamente el parénquima (tejido) pulmonar. Si el compromiso es múltiple, hablamos de bronconeumonía, que incluso puede acompañarse de derrame pleural, si es que hubiese compromiso de la pleura. La neumonía generalmente se presenta con fiebre alta (sobre 38.5), tos con espectoración mucopurulenta, dolor en el hemitórax afectado y dificultad respiratoria.
Contaminación letal
Un gran problema que se ha presentado en las últimas décadas es la contaminación, debido a que, de acuerdo con investigaciones científicas, esta daña permanentemente al cuerpo humano, siendo el sistema respiratorio el más perjudicado. Su actuar es silencioso y no provoca dolor, pero sí causa un envejecimiento prematuro del sistema respiratorio, a través de un proceso constante e irreversible y que lo va destruyendo lentamente.
Faringitis: garganta irritada
Seguramente muchas veces has tenido dolor de garganta o has sentido un extraño dolor cuando tragas. Eso se produce por la inflamación aguda y repentina de la faringe, causada por una infección bacteriana o vírica. Los principales síntomas son: garganta irritada, dificultad al tragar y probablemente estado febril. Si además hay inflamación de las amígdalas, hablamos de faringoamigadalitis.